Al recordar esta noche extraordinaria del 14 de enero en la Tonhalle Düsseldorf, no puedo evitar sentirme honrado y agradecido. Fue un verdadero placer presentar este evento. No todos los días se tiene la oportunidad de presenciar de cerca un talento tan increíble, y quedé realmente impresionado con las interpretaciones de Aida Garifullina, la Philharmonie Baden-Baden y, por supuesto, el Maestro Arkady Beryn.
La energía en la sala fue algo especial: gran música, un público fantástico y un homenaje más que merecido a un director legendario. Sentir la conexión entre la orquesta, la solista y el público hizo que la velada fuera aún más significativa.
Un enorme agradecimiento a Berin Iglesias Art por hacer posible este evento.
Una noche para recordar, y me siento muy agradecido de haber sido parte de ella.